Quizás durante las vacaciones tenemos más tiempo para reflexionar sobre la vida cotidiana, sobre lo que hacemos y sobre lo que somos. No solo miramos, también observamos con detenimiento el devenir de los acontecimientos. La foto fija del mundo se transforma en una imagen en movimiento y entonces es cuando te das cuenta de la forma en que vivimos la vida.
Probablemente, mejor que la mayoría de la Humanidad y ese bienestar tiene consecuencias bastante nefastas para el futuro, sin dudas. Ahora estoy fuera y le he pedido a Patricia Medrano que me ayude a subir este texto a mi Blog porque tengo problemas para entrar directamente a la página de la Asociación y tampoco puedo subir los archivos. Estoy en Cornell University y, por tanto, también necesito ayuda para que me pongan las tildes al texto. Esta introducción solo es una excusa para adentrarme en un tema que me preocupa: la sociedad del excesivo consumo. Cada día aquí, solo en el Campus, se desarrollan toneladas, y no soy exagerada, de cubiertos de plásticos, de vasos, de servilletas, de envases. Se vierte todo en contenedores para reciclar o para el compostaje. En los baños públicos hay agua caliente, papel, jabón, crema hidratante para las manos, para después del lavado y el aire acondicionado está constantemente puesto a una temperatura de 18 grados. Estoy hablando de un lugar, cercano a Canadá, al norte del Estado de Nueva York, y donde anoche hubo una tormenta espectacular. Llueve casi todos los días, y esta mañana había 23 grados a las 12:00. Los autobuses llevan puesto el aire acondicionado y las ventanas abiertas. Casi todo el mundo lleva puesto algo parecido a una camiseta deportiva (T-shirt) para no congelarse. No es necesario llevar el aire puesto cuando la temperatura está baja, ni tampoco derrochar tanto. Se está consumiendo demasiado y los recursos son finitos. Creo que el consumo es insostenible. Si todo el mundo hiciera lo mismo que en este pequeño microcosmos, terminaríamos con los recursos del Planeta en dos días.
A favor: no existe la contaminación acústica. No se escucha hablar a la gente de forma estridente. No hay gritos, aunque haya reunión de estudiantes. Las aceras están muy limpias. Nadie tira nada al suelo. Todo el mundo se comporta correctamente, respetuosamente y educadamente. Te ayudan en todo lo que necesites y se muestran muy receptivos con quienes llegamos de fuera y no conocemos las normas. De hecho, en cuanto te ven dudando te preguntan si necesitas ayuda para algo.
El caso es que hago fotos fijas constantemente y me muevo en una contradicción. Cuando se tienen muchas normas y reglas y el comportamiento cívico es ejemplar, se derrocha más?