Con la difusión de las pantallas al plasma y LCD, el viejo tubo de rayos catódicos (CRT) irá desapareciendo de a poco. Como no podía ser de otro modo, ya se ha creado un mercado negro de exportación de residuos electrónicos a países donde de los mismos se pueden extraer valiosas materias primas, pero saltándose a la torera todo respeto por el ambiente y la salud de las personas.
La administración Obama corre al reparo prohibiendo la exportación de residuos electrónicos, lo cual quiere decir que en los próximos 1o años, deberán ser desmantelados y reciclados varios millones de viejos televisores y monitores de PC. Si pensamos que en media el CRT de un televisor pesa entre 7 y 11 kg, y el de un monitor de PC de 5 a 8 kg, resulta evidente que la mayor masa que habrá que reciclar es la que corresponde al vidrio de los CRT, y se trata de millones de toneladas. Para complicar las cosas, la composición del vidrio no es la misma en el CRT. El cuello y el “embudo” contienen aproximadamente 30% de óxido de plomo (PbO).
Lo paradójico de la situación es que , mientras un cristal Swarovski contiene más del 35% de PbO2 y se vende a las cifras proprias de los artículos inútiles pero bonitos que tanto gustan a nuestra sociedad consumista, el vidrio de los viejos CRT se considera “residuo peligroso” y los desmanteladores de equipos electrónicos deben pagar a los fundidores de vidrio para que lo retiren. De hecho es el elevado tenor de PbO lo que confiere al cristal el elevado índice de refracción que lo hace asemejarse a un diamante, y ya hay quien quiere prohibir el consumo de bebidas en copas de cristal , por “el peligro de intoxicación” . Más extraño resulta verificar que la solubilidad del PbO contenido en el vidrio es casi nula, por lo que más que un residuo se le debería considerar un inerte. No obstante todo, las autoridades americanas han impuesto severas restricciones a la reutilización del vidrio de CRT tal cual.
El PbO tiene un interesante valor de mercado, ya que es el material principal de baterías de coche, pinturas y centenares de productos. Por lo tanto, si se lograse extraerlo, el vidrio que queda, con bajisimo contenido de Pb, se puede reciclar a través de los canales habituales de dicho material porque pierde su etiqueta de “peligroso” y se recupera una materia prima que en USA comienza a escasear, al punto que importa ingentes cantidades de China y México.
La solución al problema de cómo extraer el PbO viene de una empresa española, que ha ganado un concurso internacional de ideas con una propuesta muy simple para extraer el PbO del vidrio mediante un proceso químico muy simple (para quien le interese, http://www.sustainable-technologies.eu/?p=579&lang=es ).
El concepto del “Que inventen ellos” parece haber cambiado sujeto.