Recientemente una de las tiendas de la empresa Decathlon que hay en la Comunidad Autónoma de Cataluña ha creado y publicitado un anuncio en el que explica las características de los pies pronadores y supinadores, y muestra el tipo de calzado de running que se debe usar en cada caso. Las reacciones al anuncio no se han hecho esperar: el Colegio Oficial de Podológos de la Comunidad Valenciana, entre otros órganos colegiales, ha salido a la palestra para comunicar que sólo los profesionales de la Podología pueden decir si un pie es pronador o supinador, tras realizar la valoración correspondiente.
Y es que el tema que nos ocupa en esta ocasión es algo repetitivo. En ocasiones cuando uno va a adquirir un zapato deportivo para poder realizar con total seguridad su práctica deportiva el vendedor le dice que tal o cual modelo de zapato es ideal para su pie puesto que es pronador o supinador. Y yo, desde estas líneas, me pregunto: ¿qué grado de formación existe entre todos estos empleados de las tiendas deportivas, a priori especializadas en deporte? Y, por parte de los órganos colegiales de podólogos, y de los mismos profesionales de la Podología entre los que me incluyo, ¿damos la información y la formación adecuada al resto de la sociedad para que cosas de estas no pasen?
Tratemos de explicar de forma muy breve qué es eso de la pronación y la supinación. La pronación y la supinación son dos movimientos contrarios y a la vez necesarios para poder andar. El primero consiste en girar el pie mostrando la planta hacia fuera, y la supinación al contrario. Eso se traduce en que cuando se prona la altura del puente (el arco longitudinal interno) disminuye -lo que se confunde en innumerables ocasiones con un pie plano, sobre todo en niños-, y cuando se supina esta altura aumenta -lo que también se asocia al pie cavo-. Para que el pie sea flexible, como debe ser, ambos movimientos deben existir. Como se ve en la figura, la flecha roja indica el movimiento de supinación, y la azul el de pronación.
Por tanto, varias conclusiones. La primera es que hay deportes como la marcha y el ciclismo en los que el pie está continuamente en inversión, es decir, la altura del puente es elevada. Por este motivo, para prevenir una sobrecarga muscular, sobre todo de la musculatura inversora del pie, y una más que posible inflamación de la fascia plantar, lo más indicado es es usar calzados de horma supinadora: tendrán una elevación en el interior del zapato, justo bajo el puente.
La segunda: todos los pies deben ser pronadores y supinadores. Algo distinto es que las solicitudes de un determinado deporte obliguen al pie a tener que comportarse en supinación constante. Según sea el caso, se tendrá que valorar por un especialista en la mecánica del pie, como es el Podólogo.
El anuncio puede verse en el siguiente sitio web:
http://www.youtube.com/watch?v=3ERtyU6P_gs