Los edificios del centro histórico de Salamanca se caracterizan por estar construidos con piedra arenisca de Villamayor, pero el deterioro que sufre este material, especialmente en la parte baja de las fachadas, ha hecho que con el paso de los siglos se opte por el granito para los basamentos, en concreto, una roca local conocida popularmente como piedra pajarrilla”. Sin embargo, a menudo las restauraciones no utilizan este granito original, sino otros muy similares pero de peor calidad. Ahora, una investigación se propone identificar el material original y las canteras de las que se extrajo para recurrir a ellas en los procesos de restauración.
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