En el yacimiento de Poças de São Bento (Alcácer do Sal, Portugal), un equipo de las universidades de Cantabria y Lisboa ha encontrado una sepultura de perro que ha resultado ser la más antigua que se conoce al sur del continente. El enterramiento apareció en un asentamiento que a la vez era cementerio de unos 8.000 años de antigüedad, junto al antiguo estuario del río Sado. El hallazgo corrobora que en el Mesolítico este animal se integró en prácticas rituales.
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