Hace cuatro años comencé a trabajar en una tesis doctoral, dirigida por la doctora de la Universidad de Granada María Dolores Olvera, para analizar cómo las herramientas de la Web 2.0 habían posibilitado la comunicación directa entre científicos y ciudadanos y, por otro lado, para ver si los sesgos de homogeneización y selectividad que caracterizaban la cobertura de la información científica en la prensa escrita habían continuado en las ediciones digitales.

Durante los meses de diciembre de 2012, 2013 y 2014 se analizaron a diario las informaciones publicadas en las ediciones digitales de los periódicos de mayor audiencia en España, elpais.es; elmundo.es; abc.es y 20minutos.es.
La conclusiones de este estudio acaban de publicarse en la revista científica ‘El Profesional de Información’ y los resultados obtenidos no dibujan un panorama optimista sobre la imagen de la ciencia española que están proyectando las ediciones digitales. Algo que sin duda afecta al bajo nivel de cultura científica que tiene la sociedad española y al descenso de un 25% en matriculaciones en carreras científicas durante los últimos 10 años.
Entre las principales conclusiones del estudio destaca el hecho de que los trabajos científicos realizados por investigadores españoles han perdido protagonismo en los periódicos digitales españoles frente a los desarrollados por centros o instituciones internacionales. Sólo en torno a un tercio de las noticias científicas publicadas en medios de comunicación españoles hacen referencia a una fuente de ámbito nacional. En cuanto a la tendencia a la “americanización” de la información científica, que ya apuntaban estudios anteriores en prensa escrita (Einsedel, 1992; Bucchi; Mazzolini, 2003), se mantiene también en las ediciones digitales de los periódicos españoles. En los años 2013 y 2014, más de una tercera parte de las noticias mencionan a una institución científica norteamericana. Estos resultados apuntan a una dependencia de estos medios de las agencias de información y de los departamentos de comunicación de importantes centros de investigación internacionales, la mayoría de ellos localizados en Norteamérica.
También es destacable el fuerte protagonismo que tiene la agencia espacial americana NASA que, en las tres etapas temporales analizadas, es mencionada por aproximadamente un 15% de las informaciones publicadas. Este protagonismo responde a dos factores, el primero son las fuertes estrategias de comunicación y difusión internacional que realiza esta agencia, y el segundo es el interés mediático y social que despierta la astrofísica. Ambas cosas pueden estar influyendo para que los trabajos de esta institución norteamericana sean más relevantes, informativamente hablando, que otros también de importancia científica desarrollados por centros de investigación españoles en este campo como los Institutos de Astrofísica de Canarias y de Andalucía o europeos, como la Agencia Espacial Europea.
El concepto de homogeneización de la información científica en prensa escrita, ya avanzado por algunos de los académicos más eminentes en este campo, se confirma en los resultados obtenidos en este estudio. No sólo por la prevalencia de unas áreas sobre las demás, sino también por el protagonismo de dos revistas en los tres años analizados, Nature y PNAS. En torno al 40% de las noticias hacen referencia a una revista de alto impacto como fuente y, de ese 40% estas dos revistas son las que mantienen una presencia mayor, hasta 2014 cuando también se suma Science entre las más relevantes. Nature constituye una de las fuentes más recurrentes en las ediciones digitales al igual que lo era en las versiones impresas de los periódicos (Ribas, 1998; De-Semir, 2000; Goirena; Garea, 2002; Elías, 2002a, 2002b; Fernán- dez-Muerza, 2005; González-Alcaide; Valderrama-Zurián; Aleixandre-Benavent, 2009; Pérez-Bahón, 2010). En este punto es importante señalar que en ningún medio aparece referida una revista española en todo el período analizado. Valga como ejemplo el experimento de difusión a los medios realizado por la revista El profesional de la información, que sólo consiguió eco en blogs y medios secundarios (Cortiñas- Rovira; Ramon-Vegas, 2013).
Estos hechos vuelven a incidir en la idea de que el tratamiento de la información científica en las ediciones digitales de los medios de mayor audiencia en España depende de las agencias de información y de las notas de prensa enviadas por re- vistas de alto impacto y centros de investigación. De hecho, la producción propia es cada vez más insignificante, lo cual puede deberse a los recortes de personal en los medios de comunicación, en general, y en las áreas de especialización más concretamente.

La selectividad es un hecho contrastado en el trabajo que aquí se presenta. E incluso podemos hablar de “medicalización de la información” ya que la biología y la biomedicina son el área con mayor protagonismo los años 2012 y 2014. El interés social y mediático de estas disciplinas influye sin duda en su protagonismo. A esa “medicalización” le añadimos una “astronomización” de la información, si es que este término pudiera ser admitido, ya que esta disciplina ocupa un lugar prevalente en las noticias científicas españolas, llegando a ser el área protagonista en el año 2013. La fuerte presencia de la NASA como fuente informativa puede explicar esta relevancia que la información sobre astronomía está adquiriendo en los medios españoles.
Asimismo, parece importante señalar el hecho de cómo la creación de secciones de ciencia en El país y 20 minutos durante el año 2014 ha mejorado la cobertura de información científica, no sólo desde el punto de vista cuantitativo, sino también desde el punto de vista cualitativo al incrementar considerablemente, en el caso de El país, las noticias sobre investigaciones desarrolladas en España y Europa.
Por otro lado, es reseñable el hecho de que casi un 10% de las informaciones no mencionen una fuente de información específica. Algo que resta credibilidad a la información publicada y que denota dejadez en el trabajo periodístico. Se dan por válidos los datos que seguramente han entrado por agencia o por nota de prensa, sin contrastar la información con fuentes autorizadas.
Podríamos concluir que la selectividad y homogeneidad que caracteriza a la información científica publicada en las ediciones digitales de los periódicos españoles de mayor audiencia provoca una representación sesgada de la ciencia española y una infravaloración de la misma al dar protagonismo a la internacional, en ocasiones, por el mero hecho de proceder de fuera de nuestras fronteras.
De hecho, no sólo no se superan los sesgos en la cobertura presentes en los medios tradicionales, si no que se consolidan. La situación es compleja sobre todo en un momento que el periodismo en general afronta una doble crisis, la profesional y la económica. Esto hace difícil cambiar la práctica de “periodismo alimentado con cuchara”. La falta de recursos humanos y de especialización perjudica a la cobertura de la información científica en este caso y otorga poder a los grandes centros de investigación y revistas de alto impacto que destinan gran parte de sus esfuerzos a estrategias de comunicación.
El futuro pasa por trabajar una información plural y contrastada, no dependiente de notas de prensa y que garantice la visibilización no sólo de la ciencia internacional, sino también y con mayor ahínco de la española. En este sentido, nos gustaría destacar que la edición digital del diario El país ha creado una subsección bajo el paraguas del área de ciencia bajo el título Ciencia en español. Ofrece cobertura de las investigaciones desarrolladas en España y América Latina.
Todos los datos extraídos en el estudio señalan que las ediciones digitales analizadas están proyectando una imagen distorsionada de cómo es el sistema de I+D+i en nuestro país, que no sólo afecta a la promoción de la cultura científica, sino también al apoyo ciudadano a la ciencia. Y si vamos más allá, podríamos llegar a pensar que podría afectar incluso al fomento de vocaciones, al presentar la ciencia como algo lejano de nuestra realidad inmediata, sólo con relevancia si va acompañada del término “internacional”.