Un aura de arrobo domina el mundo científico estos días. Todo es interrogante e incógnita. Los profesionales de la ciencia, que solo suelen rezar en el altar de la parcialidad, la lógica y el racionalismo se pierden en elucubraciones y pronósticos. Y es que en Estocolmo, en este principio de semana otoñal, el comité Nobel empieza a nombrar los laureados de los premios Nobel de 2013. En la red y en la prensa ya hace tiempo que la comunidad científica y los periodistas han elegido a sus galardonados y los respectivos descubrimientos que merecen ser destacados este año.
Las recetas para acertar son varias. La más habitual consiste en proceder por eliminación: empezando por descartar los galardonados del año pasado, luego se procede a apartar todos aquellos logros, que por muy impresionantes o monumentales que sean, pecan de ser demasiado recientes en el escalafón científico. Y esto se hace teniendo en cuenta que el comité Nobel suele premiar descubrimientos concretos y que raramente se aventura a recompensar a un científico por su recorrido profesional.
Otro truco consiste en abrir la puerta de la antesala de los honores científicos y ver quién está sentado ahí. Los ganadores de los premios Lasker de medicina por ejemplo se consideran como candidatos con buenas posibilidades para un Nobel. En el área de astronomía y ciencias de la vida, el premio Shaw parece ser el referente. El correspondiente galardón en el área de la física podría ser la medalla Newton del Institute of Physics británico. La lógica también aconsejaría descartar los laureados del Ig Nobel, aunque, a mi parecer, el aura de guasa que reina en torno a estos galardones no justifica que se desvirtúen los logros científicos premiados.
Los analistas de Thomson Reuters han dado con otro tipo de estrategia. Utilizando el controvertido pero acertado índice de citación científica de su base de datos “Web of Science” y basándose en los fundamentos de la bibliometría, cada año vaticinan los llamados laureados por citación – científicos distinguidos en un área de conocimiento cuyos artículos científicos han sido citados el mayor número de veces por sus pares. Para llegar a este pedestal científico se necesita publicar mucho y bien, es decir en revistas de alto impacto. Y esto a veces durante toda una carrera.
La organización alardea así haber vaticinado 27 galardonados en los últimos 12 años, incluido un total de nueve en el año 2011. La lista de galardonados para 2013 que ya se puede consultar en varios medios, por ejemplo la revista Wired. Pero Thomson Reuters no tiene el monopolio del pronóstico y otros posibles laureados han sido destacados por la vox populi científica basándose en principios más intuitivos y menos estadísticos.
Fisiología y Medicina
He consultado varios blogs y periódicos especializados para encontrar a estos “underdogs científicos” arrinconados por las estadísticas. En el campo de medicina, es difícil encontrar un consenso. A los logros y personas enumerados por Thomson Reuters algunos se aventuran a presagiar un premio para Graeme M. Clark, Ingeborg Hochmair and Blake S. Wilson por el desarrollo de un implante coclear para curar ciertas trastornos del sistema auditivo en personas no-oyentes. En la misma óptica también se habla de una recompensa debida para el trabajo del profesor indio Dorairajan Balasubramanian por su destacado trabajo sobre las enfermedades del ojo y su empeño como divulgador (recibió el premio Kalinga de divulgación científica y tecnologica establecido por la UNESCO en 1997).
Finalmente también se habla de recompensar a los científicos pioneros en el plegamiento de proteínas (y proteínas chaperonas) y el descubrimiento de enfermedades relacionadas con defectos en este proceso: fibrosis quística, enfermedades de Huntington o Alzheimer. En este caso los laureados podrían ser los americanos Arthur Horwich y Susan Lindquist así como el alemán Franz Ulrich Hartl.
Física
A los ya mencionados científicos galardonados por Thomson Reuters con el Nobel de la citación en el campo de física cabría añadir, según algunos medios suecos, a John Pendry por el descubrimiento y posterior desarrollo de materiales artificiales que presentan propiedades electromagnéticas inusuales (metamateriales). El laboratorio de Pendry consiguió una gran cobertura mediática cuando presentó una capa que permitía a su portador alcanzar un cierto grado de invisibilidad. Pendry fue galardonado con la medalla Newton el pasado junio.
Los medios de comunicación también están de acuerdo que si se llegara a premiar a los teoristas Peter Higgs y Francois Englert por el hallazgo de bosón de masa o de Higgs, también se incluiría al CERN como organización por el trabajo experimental llevado a cabo por sus miles de colaborares. Esto sería una primicia en las áreas científicas (hasta ahora sólo se ha visto con el Nobel de la Paz, por ejemplo el IPCC junto a Al Gore en 2007).
Química
En el área de química, de los muchos artículos y blogs que he consultado, “The Curious Wavefunction” es el que publica la lista más extensa de candidatos al Nobel. Según los autores este año tocaría recompensar un logro dentro de las áreas de física química o energía ya que el pasado el premio fue a un logro dentro de la bioquímica (receptores acoplados a G-proteína.) Se decantan por la contribución de W.E Moerner y M. Orrit al desarrollo de un proceso llamado espectroscopia de fuerza que permite el análisis físico de una sola molécula. También resaltan el desarrollo metodológico de la resonancia magnética nuclear (NMR en inglés) desde su descubrimiento en los años 50, en particular por Ad Bax y Alexander Pines. En el área “energía” destacan el invento y posterior mejora de la batería de Litio por John Goodenough, Stanley Whittingham y Akira Yoshino.
Algunos medios suecos elogian el trabajo de los biólogos Svante Pääbo y Eske Willerslev en el perfeccionamiento de las técnicas de secuenciación de ADN prehistórico que han permitido, entre otras cosas, la primera secuenciación completa del genoma de un hombre de Neanderthal. Otro que está en boca de muchos expertos y periodistas es el ingeniero estadounidense Robert S. Langer, por su trabajo en el desarrollo de materiales biomimeticos y la liberación inteligente de fármacos a nivel celular.
La suerte está echada. A ver qué nos tiene preparado el comité Nobel para esta año…