El BNA es un Servicio altamente especializado de apoyo a la comunidad científica, tecnológica, universitaria, empresarial y a las Administraciones. Está ubicado en el Centro de Biotecnología Marina (CBM) de la ULPGC, localizado en el Campus de Taliarte (Telde)
El trabajo del BNA-CBM consiste, principalmente, en el descubrimiento, identificación, conservación y caracterización de microalgas, tanto marinas como dulceacuícolas.
El BNA-CBM está aceptado desde el año 2003 en la WFCC (World Federation of Culture Collections, y registrado en el Centro Mundial de Datos para Microorganismos (WFCC-MIRCEN World Data Center for Microorganisms). Desde el año 2005 esta acreditado como Autoridad Internacional de Depósito por la WIPO (Organización Mundial de la Propiedad Industrial) a los fines del procedimiento en materia de patentes (según el Tratado de Budapest, BOE núm. 88, 1981) y, por tanto, reconocido por la Oficina Europea de Patentes y Marcas. Es el único Banco de Algas acreditado en España, el segundo de la UE y el sexto del mundo.
El BNA-CBM se constituye por la voluntad, visión y perseverancia de un pequeño grupo de universitarios que inicia su andadura en el año 1988, en el entonces denominado Instituto de Algologia Aplicada (actual CBM) de la ULPGC. La colaboración del Dr. Ziyadin Ramazanov (científico de la ex-URSS) fue determinante en los inicios de la creación del BNA. Veinte años más tarde, tras dos décadas de ser ignorado por sucesivas administraciones, el BNA-CBM se integra en el Parque Científico-Tecnológico de la ULPGC. El mismo año, 2008, en el que recibe los fondos genómicos de la Fundación BIOAGRAMAR.
A mediados del 2009, la ministra de Ciencia e Innovación anuncia la consolidación del BNA-CBM, mediante una significativa dotación económica (2,6 M€) destinada al Parque Científico-Tecnológico de la ULGC, y anuncia que “El BNA-CBM funcionará como un servicio nacional de estudio y promoción de bioindustrias basadas en microalgas, creará y mantendrá una colección propia, aprovechando las expediciones de barcos oceanográficos españoles, y proporcionará muestras a laboratorios y empresas que lo demanden, para su estudio y eventual aplicación tecnológica”.
Además de los objetivos científicos de todo banco de conservación de biodiversidad, los objetivos tecnológicos persiguen demostrar que con sol y agua de mar se puede cultivar algo más que turistas.
Visto el agotamiento de los recursos productivos y especulativos convencionales, tanto a escala regional como global, el futuro de la algología aplicada se perfila como una de las estrategias más valoradas por los países desarrollados, y los emergentes, para construir un nuevo ecosistema industrial. En todos los países dinámicos y emergentes la consolidación de sus históricos bancos de algas constituye la piedra angular de los programas de desarrollo sostenible, biorefinerías, biocombustibles y bioindustrias.
Las perspectivas de futuro del BNA-CBM de la ULPGC son las de convertirse en una herramienta de creación de riqueza sostenible, de bioempresas, de conocimiento científico, de formación tecnológica y, sobre todo, de reconciliación con la Naturaleza. Desde Canarias.