El Centro Sotama de Picos de Europa, sostenible y superfluo

El Centro Sotama de Picos de Europa, sostenible y superfluo

“El edificio busca participar, desde la actitud de renuncia a lo superfluo y de búsqueda de la abstracción de algunos planteamientos de la arquitectura moderna, en la recuperación y el uso de los materiales más naturales y nobles utilizados en la tradición constructiva del valle, la piedra y la madera”.

Toda una declaración de intenciones.

El Centro de Visitantes Sotama del Parque Nacional Picos de Europa, en la localidad cántabra de Tama, es uno de los  homenajes al despilfarro más apabullantes que he visitado en los últimos tiempos. Más de 3.000 metros cuadrados, en un edificio de tres plantas distribuidas dentro de un cubo rectangular y rectilíneo, cuyo contenido es,eso sí, totalmente superfluo. Entre 1999 y 2003, el Gobierno central se gastó 11,5 millones de euros en la construcción ‘sostenible’, a cargo de Capillo Viejo Arquitectos, y en su museografía. Al margen de su aspecto exterior, cuya valoración es subjetiva, lo decepcionante hasta el bochorno es lo que hay dentro, o mejor dicho lo que no hay.  Lo más triste, sin embargo, es que ahora los responsables de este mastodonte arquitectónico no invierten en contratar técnicos  para la gestión y la conservación del emblemático Parque Nacional por falta de fondos. Actualmente, según confirmaron en el propio centro, sólo dos funcionarios y seis empleados contratados por la empresa pública TRAGSA se ocupan en Cantabria de esas tareas de control y protección del Parque, mientras que en Asturias son 40 y en León 15. Parece poco para un espacio de 64.660 hectáreas.

La cuestión es que, además, en su jornada se incluye el tiempo que deben pasar informando a los visitantes del susodicho Centro de Sotama, edificio ‘singular’, como pone en los folletos, pero no sólo por su arquitectura sino por la cantidad de metros cuadrados mal utilizados o totalmente desaprovechados, que son los más.

FOTOS Y LUMINOSOS, POCO MÁS

De las tres plantas, sólo una está realmente en activo. En ese espacio, nada más entrar, el visitante se tropieza con unas grandes piedras expuestas en vitrinas sin que un panel o un gráfico explique la intensa historia geológica del Parque. Sólo más adelante, cuando ya se ha superado esa parte del recorrido, un escueto texto indica cuatro generalidades sobre la formación de los Picos, como lo harán otros tantos paneles  (eso si, enormes, luminosos y carísimos) con muchas fotos y pocas frases del tipo: “El agua moldea el paisaje” o “el ser humano modela el campo” (en este caso referido a los prados para el ganado).

¡Y qué decir de las pequeñas y poco claras reproducciones en maquetas! Parecen realizadas en talleres ocupacionales o infantiles, lo cual justificaría su escasa calidad (ni siquiera se localizan los pueblos de la comarca),  pero como no se menciona su autoría todo hace pensar que se pagó por ellas. En otra sala, la riqueza de los bosques de Picos de Europa se solventa con cuatro o cinco trozos de troncos de diferentes especies. El emblemático oso pardo, con unas imágenes. En un alarde de originalidad, incluso intentan recrear un río en el suelo sobre el que se pisa, con escaso éxito por cierto.

El absurdo alcanza sus máximas cotas con las recreaciones del interior de una iglesia románica (a escasos kilómetros de la maravillosa Santa María de Lebeña) o de la casa de un labriego, que se solventa con unos cestos y unas cuantos aperos de campo. Ambos escenarios, juntos, ayudan a rellenar bastantes  metros cuadrados.

LO QUE FALTA: CASI TODO

El listado de lo que no hay sería interminable: ni una referencia a los programas de protección de especies como el oso o el urogallo, ni palabra de cómo se gestionan los bosques, ni una línea para explicar la evolución histórica del Parque Nacional, escasas pinceladas sobre su flora, ni palabra sobre las infraestructuras construidas, de la emigración de sus gentes, de sus invernales… Un largo etcétera de carencias que los propios trabajadores del Centro consideran graves hándicaps. Quien no conozca Picos de Europa, se va igual que entra.

En la cartera, pero no descartados, está la construcción de otros dos centros de interpretación como éste. Uno previsto en Oseja de Sajambre  y otro en Posada de Valdeón, que tienen un presupuesto, entre los dos, de 10 millones de euros. El de Posada con 2.600 metros cuadrados y un coste de 6,7 millones; y el de Oseja, con casi mil metros cuadrados, costaría 2,5 millones la construcción y 400.000 euros el contenido. Al parecer, en los presupuestos del 2013 no hay una partida destinada para ellos, pese a que en septiembre el Gobierno de Castilla y León anunciaba que comenzarían las obras en la próxima primavera.

Las cuentas de Organismo Autónomo de Parques Nacionales reflejan un presupuesto total de 12.998 euros para el 2013, casi un 55% menos de presupuesto que el año anterior, y para nuevas infraestructuras hay poco más de 3.000 euros. Así que, todos dan por aplazados ambos proyectos.

Visto lo visto en la vertiente cántabra, como no hagan mejor las cosas, mejor será que se queden sobre el papel.

Por: Rosa M. Tristán

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