Los museos de ciencia tiene el handicap frente a los de arte de que a ellos no se suele acercar público que no muestre interés en la materia como ocurre con los segundos (es lo que tiene que la ciencia no sea considerada por muchos como cultura) y deben ser más arriesgado en sus propuestas y ofrecer algo con valor añadido. Una herramienta simple, barata y que nos permite ampliar la información respecto a cualquier módulo o sección es un sencillo código QR (Quick Response)
Estos códigos bidi (de bidimensionales), muy populares en Japón, Corea y China, se pueden convertir en el aliado perfecto para que todos aquellos armados con un “smartphone” y conexión a internet tenga acceso a información extra: el enlace al artículo de la wikipedia, el enlace a un MP3 con la explicación…
Y son baratos, hay múltiples generadores de QR disponibles en internet. Bastaría con imprimir unas pegatinas y colocarlas en sitios muy visibles junto a los módulos. No hay excusas presupuestarias para no ofrecer un mejor servicio.
Cuando trabajaba en un museo de ciencia había un módulo donde los visitantes se perdían y despistaban mucho, no sabían que hacer y cuando paseaba por la sala se lo mostraba en persona. ¿No hubiera sido genial que se lo mostraran en un vídeo? En aquellos años (y estoy hablando del “lejano” 2008-2009) esto suponía montar un costoso sistema de vídeo y pantalla pero ahora, un vídeo en Youtube y un QR enlazandolo solucionan el problema, ¿no creen?
Fotografía de Vitor Baptista con licencia CC