El pasado viernes día 3, una decena de socios acompañados por el comisario de la exposición, Miguel Ángel Delgado (@rosenrod), disfrutamos de dos horas de visita por la exposición «Houdini. Las leyes del asombro».

Lo primero que nos cuenta Miguel Ángel es ¿Por qué Houdini después de Tesla y Verne? Porque tras los cambios en la innovación y en el espíritu aventurero y los inventos que representan los dos primeros, Houdini representa el cambio en el mundo del espectáculo entre los siglos XIX y XX.
La exposición no sigue la biografía de Houdini sino que se centra en varios aspectos de su vida y los cambios que supuso para el mundo del espectáculo. Como nos cuenta el comisario, Houdini no fue un gran mago pero supo llevar a la magia hasta lo que es hoy usando técnicas de marketing que en aquel momento fueron revolucionarias.
Comenzamos con una pequeña historia de la magia desde la antigüedad hasta la aparición de Houdini. Destaca el primer mago que se pone un frac y se sube a un escenario, el francés Robert Houdin, pero lo que nos interesa a nosotros, comunicadores científicos, es que también fue el primero que llevó la ciencia a la magia haciendo trucos con electroimanes y electricidad.
En otra sección podemos ver diversos aparatos de gimnasia de principios del siglo XX porque si algo es Houdini, por encima de mago, es atleta. Corría 16 km (10 millas) diarios y se sumergía en el río más cercano para poder resistir el esfuerzo físico que requerían sus números más famosos: los escapes.

Es tal la fama lograda por Houdini como escapista que la sección central de la exposición está ocupada por una réplica exacta de la camisa de fuerza que usaba en sus números dentro de unas jaulas que quieren recordar Guantánamo. Sorpresivamente, la figurinista que la creo se encontraba visitando la exposición y pudimos preguntarle alguna cosa. Houdini era capaz de escapar de cualquier esposas, de cualquier cadena y cualquier prisión que se le puso por delante. Manejaba como nadie la tensión y el equilibrio entre el Eros de ver a su figura sudorosa salir airosa de todos los grilletes y el Thanatos de ver alguna vez morir al artista.
Otra de las secciones de la exposición está dedicada a la neurociencia y su relación con la magia a través de la persistencia retiniana, la manipulación de color y otra ilusiones ópticas. Objetos que desaparecen al ser iluminados con un color, luz ultravioleta para hacer levitaciones, usar el rojo para atraer la atención y distraer. Houdini usó todos los avancen científicos que pudo en sus trucos, incluso contaba con un equipo de ingenieros leales para prepararlos.
Tras pasar por la sección del Houidini marketiniano, donde encontramos alguna curiosidad relativa a que fue el primer hombre en volar sobre Australia, llegamos a la última sección, la del Houdini dedicado a desenmascarar a mediums y espiritistas. Tras abandonar los trucos de medium al comienzo de su carrera, la muerte de su madre le hace retornar a ese mundo y descubre enfadado que todos son unos farsantes que usan los trucos que él usaba hacía décadas. Se dedica a viajar por todo Estados Unidos demostrando sus trucos y posteriormente ideó un espectáculo para mostrar al público las artimañas que usaba esta gente. Su persistencia era tal que estuvo a punto de ser apartado de una comisión de Scientific American por ser el único que seguía dudando de la veracidad de la medium Mina “Marguery” Crandon, esposa de un famoso médico de Boston. Entre los farsantes descubiertos por Houdini se encuentra un español, Joaquín de Argamasilla XI marqués de Santacara, que alegaba poder ver a través de objetos opacos.
Tras su muerte, provocada por una peritonitis complicada por el legendario puñetazo en el estómago (que de legendario no tuvo nada), su mujer Bess intentó contactar con él durante 10 años para probar si había vida en el más allá. Aún hoy, magos del mundo se reúnen en la fecha de su muerte para invocarlo infructuosamente, en un homenaje al hombre que creó la figura del mago tal y como lo conocemos actualmente.
La exposición se puede visitar en la cuarta planta de Espacio Fundación Telefónica hasta el 28 de mayo.