El 21 de noviembre de 2012 un grupo socios de la Asociación Española de Comunicación Científica, AECC, pudo gozar de una interesantísima visita exclusiva al Centro de Astrobiología, CAB, en Torrejón de Ardoz.
La aparición de la vida depende de las condiciones donde se dan las reacciones químicas” y “la semilla de los planetas está en los granos de polvo” fueron algunas de las afirmaciones de Luis Cuesta (responsable científico de telescopios robóticos del CAB) y Juan Ángel Vaquerizo (especialista en astrofísica del CAB), quienes guiaron la visita por los laboratorios.
Ellos le contaron a los socios de la AECC los secretos de la astrobiología, de LUCA (el último ancestro común, o el “primer organismo vivo que prosperó en la Tierra”), del agua en Marte y el ‘curiosity’, y de Titán, uno de los 18 satélites de Saturno donde hay metano y habría actividad prebiótica.
Ambos indicaron que en los ocho mil metros cuadrados y los ocho laboratorios, tres telescopios, un radiotelescopio y un invernadero que tiene el CAB trabajan ingenieros, matemáticos, físicos, biólogos, químicos, geólogos, ecólogos e informáticos.
“Si no hay ciencia potente la sociedad no avanza”, es la preocupación compartida de Cuesta y Vaquerizo, sobre todo en estos tiempos de recortes.
Los científicos españoles del CAB son los responsables del diseño del REMS (Rover Environmental Monitoring Station), cuya construcción ha liderado el Centro de Astrobiología, la estación medioambiental que medirá la presión, la humedad relativa, la temperatura del suelo y del aire, la dirección del viento, la radiación ultravioleta que llega a la superficie de Marte.
El CAB es el primer centro de investigación no estadounidense asociado al NASA Astrobiology Institute (NAI), dependiente de la NASA.
Los socios Ángel Gómez, Pedro Cáceres, Óscar Menéndez, Eulalia Sacristán, Rosa Tristán, José Miguel Viñas, Luis Moreno, Pura C. Roy, Txema Campillo, Maximilano Corredor, Luis García, Antonio Calvo, Ignacio Fernández Bayo, Joaquín Pérez y Natalia Natalia Ruiz Zelmanovitch (que trabaja en el CAB) asistieron a la visita, una nueva oportunidad de intercambio entre los miembros de la AECC y otra de las ventajas de ser parte de la asociación.
Ubicado en el campus del Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial (INTA), el CAB fue inaugurado en 2003 y es un edificio “en consonancia con la astrobiología”: lleno de luz natural y ventanales, como el auditorio que casi parece una nave espacial.