“Se oye que cada vez hay más información y menos conocimiento, certámenes como este corrigen esa afirmación, al fomentar la producción de documentales en los que información y conocimiento vayan a la par”. Así lo dijo Fernando González Sitges, director y guionista de ‘Los herederos del arca: planeta global’, tras recibir en Ronda (Málaga), el pasado 23 de octubre, el premio a la Mejor Película del Certamen Unicaja de Cine, “por su excelente valor divulgativo en la trasmisión del concepto global de funcionamiento de los ecosistemas de la naturaleza plasmados en imágenes y sonidos originales de gran espectacularidad”.
Los premios no son nunca una meta, un punto de llegada, sino un espaldarazo para seguir adelante. Seguro que así lo van a entender todos los galardonados en esta Bienal Internacional de Cine Científico. Y espero que también lo hagan los dos medios que protagonizan los dos nuevos premios de esta XXVI edición: al Mejor Programa de Divulgación Científica y de la Innovación emitido en televisión -que fue para ‘Tesis’, de Canal Sur- y el Trofeo ASECIC ‘Eugenio Tutor’ al mejor trabajo producido o coproducido por una universidad o centro de investigación -que obtuvo ‘La importancia de los lagartos en los ecosistemas insulares’, de Luis Navarro, de la Universidad de Vigo-.
En España, el poderoso medio televisivo, la pequeña-gran pantalla por la que el cine científico puede realmente llegar al gran público, debería programar divulgación con mayor frecuencia y buenos horarios. Por su parte, las universidades y centros de investigación tienen en la producción audiovisual un locuaz medio para dar a conocer su trabajo.
Para González Sitges, “el documental es una vía fantástica para hacer divulgación científica”. Pero, a diferencia de la envidiable cancha que se les da en países como Gran Bretaña, en España, “la televisión estatal es muy tonta; piensa que al espectador hay que darle lo que quiera en vez de pensar en educarle para que quiera cosas de más calidad”. Y esta demanda no sólo se refiere a dar a los documentales más sitio en la parrilla, “sino a apoyarlos, a involucrarse en las producciones”.
Justamente esta semana se dio a conocer un estudio que constata que la ciencia ocupa un lugar prácticamente testimonial en los informativos españoles. El estudio, desarrollado por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y dirigido por nuestro compañero Pablo Francescutti, con la colaboración de la Fundación Dr. Antonio Esteve, determina que las noticias científicas ocupan tan sólo el 1,1% del total de informaciones emitidas.
Menos mal que existen certámenes como el de Ronda para alentar la conservación de las especies audiovisuales del reino ‘animal’ de la comunicación científica, sometido a tanto estrés ambiental. Cosas así se siguen haciendo porque se empeñan personas como Rogelio Sánchez, de la Asociación Española de Cine e Imagen Científicos. Con inagotable energía y ánimo inquebrantable.