Hace unos años se pusieron de moda las guías de “hoteles con encanto”, rincones acogedores y poco masificados donde los clientes se sentían realmente únicos. El encanto residía en el lugar, en muchas ocasiones apartados de los itinerarios habituales turísticos, y en la percepción que uno mismo tenía del espacio en el que se hallaba. Mi propuesta en este blog es que propongamos una ruta de “ciencia con encanto”. Creo que esa es la línea por la que han optado los Museos de la Ciencia en nuestro país o los Museos de Historia Natural en otros países. Se trata de potenciar que las exhibiciones científicas sean percibidas por los visitantes con un toque especial y en una especie de ambiente semi-romántico, con luz tenue y sonidos agradables. Los museos han conseguido generar ese tipo de exposiciones que en muchas ocasiones no suponen una gran aportación al conocimiento pero sí logran que uno salga a la luz de la calle con una sensación placentera tras el paseo por el Museo. Pero la ciencia con encanto trasciende a la Museística y también se encuentra en los medios de comunicación. Los temas que predominan sobre la actualidad científica, obviando los de salud pública, son los de Astrofísica y Biología. Las piezas se montan en función de las imágenes recibidas y muchas veces son una sintonía de colores y música, aunque no lleguemos a entender qué es exactamente lo que nos han contado. No obstante, ambas disciplinas Astrofísica y Biología son muy visuales y tratan de difundir las mejores imágenes y los mejores relatos. La información científica no es dogmática y genera controversias y ambivalencias, así que es mejor para los periodistas que comienzan su quehacer profesional no huir de este tipo de noticias y procurar tratarlas de manera que el producto final sea lo más sutil y exquisito posible. Este año iniciamos el curso académico con los nuevos títulos de Grados adaptados al Espacio Europeo de Educación Superior y es el momento de adaptar las asignaturas propias de “comunicación científica” de forma que los alumnos sientan que son excepcionales, que les hace sentirse bien y que se encuentran con un currículo especial por tener estos contenidos que en otros lugares no existen. Así que después de estar algunas semanas fuera de España, y de reflexionar bastante sobre cómo abordar las disciplinar que tengo que impartir este curso, he decidido que los programas de las asignaturas los voy a trabajar como si fueran lugares especiales a los que los alumnos tienen que llegar porque les hará sentirse mejor y especiales en cada uno de los epígrafes y porque deseo que ellos construyan sus propias rutas de conocimiento y puedan tener un futuro profesional gratificante y, a ser posible, con encanto.