Divulgación y alfabetización científica: roles compartidos para el desarrollo social

Divulgación y alfabetización científica: roles compartidos para el desarrollo social

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Dediqué este breve espacio para discutir sobre el rol que cumplimos – como periodistas e investigadores – en la divulgación de la ciencia y la tecnología que conforman nuestros entornos.

Primeramente me gustaría diferenciar a la alfabetización científica de la divulgación de la ciencia, pues para muchos autores ha sido difícil dar una definición clara a la alfabetización y , generalmente, se confunde con la educación formal en el aula.

Para comprender la diferencia entre ambos conceptos, quisiera hacer referencia a una definición, bastante acertada, que da la profesora de la Universidad de Valencia, Carolina Moreno[1]. Ella define la divulgación científica como toda aquella información sobre desarrollos e innovaciones científicas y tecnológicas que llega a los ciudadanos, principalmente, a través de los medios de comunicación. Y agregaría que no sólo desde los medios de comunicación tradicionales, porque actualmente existen “nuevos medios” que permiten divulgar la ciencia, tales como las aplicaciones móviles, los cómics, los monólogos e incluso, las artes.

El divulgador sería quien busca difundir al público determinados conocimientos. No es necesario que un divulgador sea periodista, ya que mayormente son científicos y los mensajes que transmiten, a través de los medios impresos, suelen ser columnas o artículos de opinión.

La alfabetización científica, en tanto, sería la apropiación de todos esos conocimientos, habilidades y aptitudes básicas sobre ciencia y tecnología que se adquieren,  a través de la divulgación. Para comprenderla mejor me parece interesante mencionar a Shen (1975)[2] y a Kemp (2002)[3] quienes, a pesar de sus diferencias generacionales, hablan de una alfabetización práctica en donde la información obtenida – desde la divulgación científica – permitiría a los ciudadanos saber usar la ciencia en la vida cotidiana para fines cívicos y sociales.

 Reflexiones

Nací en una comunidad minera con un reconocido patrimonio astronómico: Antofagasta de Chile. Fue allí donde realicé un estudio que me permitió corroborar que: cada comunidad debería integrar la ciencia a la cultura de todas las personas y éste es un gran reto para medios de comunicación,  científicos, educadores, universidades, gobiernos de todo tipo, fundaciones, museos, centros culturales, alumnos, familias y toda la humanidad. Cada grupo tiene que aceptar su responsabilidad de contribuir al diálogo para tener éxito en la búsqueda de un terreno común y avanzar.

Esta idea coincide con los planteamientos realizados, años anteriores, por Carmen del Puerto en su investigación Periodismo científico: la astronomía en titulares de prensa que realizó en Tenerife. Un lugar con características  y necesidades divulgativas similares a Antofagasta en ámbitos astronómicos.

Me parece difícil pensar, entonces, que cuando nos dedicamos a la divulgación de la ciencia y tecnología, no estamos alfabetizando. Por eso considero fundamental que los científicos tengan una actitud más cercana y empática con la sociedad; que los políticos se interioricen de lo que ocurre en materia científica y, así,  pongan en valor a la ciencia por medios de sus discursos y que las instituciones sociales, abran más espacios educativos.

Estas serían sólo algunas de las tantas colaboraciones que podrían prestar los responsables de divulgar la ciencia. No podemos designar  siempre  esta tarea a la escuela, porque estamos trabajando para un público que tiene derecho a conocer la ciencia que se desarrolla en su entorno y a ser respetado, pues es sabido que la divulgación científica tiene una dimensión económica bastante alta que aporta al crecimiento de una sociedad.


[1] Moreno, C. (2008). Los usos sociales del periodismo científico y de la divulgación. El caso de la controversia sobre el riesgo o la inocuidad de las antenas de telefonía móvil. Revista CTS, 4(10), 197-212.

[2] Shen, B. (1975). Science literacy. American scientist, 63, 265-268.

[3] Kemp, A.C. (2002). Implications of diverse meanings for “scientific literacy”. Annual International Conference of the Association for the Education of Teachers in Science. Charlotte, NC. En P.A. Rubba, J.A. Rye,

 

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