Pocos lugares como Lindau, Alemania, presentan una concentración de “materia gris” tan alta como durante la Reunión Anual de los Premios Nobel. Desde hace 59 años, los más brillantes estudiantes y jóvenes investigadores de todo el mundo y los periodistas de la prensa especializada tienen la oportunidad de encontrarse y debatir temas de actualidad, no sólo científica, con los personajes que han cambiado la historia de la Ciencia. Este año era el turno de los Premios Nobel de Química, pero con un cierto énfasis en los aspectos de esta ciencia ligados a la sostenibilidad y el cambio climático. No acaso el invitado especial de la ceremonia inaugural fue el Presidente de la UE Durão Barroso. Durante una semana entera los máximos galardonados de la ciencia expusieron libremente sus temas preferidos, algunos en modo soporífero y otros con gran pompa mediática. Algunos se concentraron en sus peculiares hobbies, como coleccionar pinturas tibetanas para analizarlas con espectrómetros, o pasear en canoa por el ártico. Otros, más atinadamente, se centraron en ilustrar sus logros pasados y campos de investigación actuales. Algunos, quizás abusando algo de su posición privilegiada pontificaron –con opiniones respetabilísimas por cierto pero en algunos casos bastante discutibles- acerca del futuro energético del planeta y el cambio climático. Y es que, como bien decía León Lederman (el descubridor de los neutrinos): ”… al recibir un Nobel de pronto te conviertes a los ojos de la gente en una especie de experto en todo”.
La verdad es que, como ironiza el mediático y algo satírico prof. Kroto, más cercano a un showman que al estereotipo de científico serio, concentrado y algo despistado que nos ha impuesto Hollywood, “el potencial para resolver los problemas de la Sociedad no lo tienen viejos decrépitos Premios Nobel como yo, sino los jóvenes investigadores como vosotros”. De hecho las autoridades indias parecen tener muy presente este concepto: era notable la cantidad de jóvenes investigadores indios seleccionados para asistir al evento, y sorprendente (al menos para quien escribe, que ignoraba completamente el hecho) que la India cuente con un Ministerio de Recursos Humanos dedicado a impedir la fuga de cerebros y administrar el potencial científico del país.
Y escuchando las ponencias de algunos de los laureados (en su gran mayoría octogenarios o casi), nos viene espontáneo darle la razón al prof. Kroto. Aquí va un resumen, y que juzgue el Lector.
El prof. Paul Crutzen, ganador del Premio Nobel de Química de 1995 conjuntamente con Molina y Rowland por sus estudios de la capa de ozono, propone un mecanismo para frenar el calentamiento global. En su opinión bastaría con mandar aviones a más de 20.000 m de altura y rociar la atmósfera con anhídrido sulfúrico. El mismo reaccionará con el vapor de agua para formar ácido sulfúrico, que a su vez reaccionará con las partículas de polvo superfino que flotan en la atmósfera formando sulfatos. Los sulfatos son siempre de color muy claro, por lo que reflejarán la luz del sol y al llegar menos luz a la tierra, por lo que ésta se irá enfriando paulatinamente. Silencio y perplejidad en la sala. ¿Y el ácido sulfúrico que no reaccione con las partículas y precipite con las lluvias? ¿O las partículas que no logren mantenerse en suspensión y precipiten a tierra por volverse más pesadas al sulfatarse? ¿Y el CO2 que emitirán los aviones para llevar todas esas toneladas de anhídrido sulfúrico a 20.000 m de altura?. Lo que más asusta es enterarnos de que no se trata de una simple especulación teórica. Probablemente como la idea viene de un Premio Nobel, la NASA ya está rociando la atmósfera con anhídrido sulfúrico sobre las islas Hawai para ver qué pasa. “Bueno –dice- esto es sólo una solución posible, no necesariamente la mejor, pero hay que investigarla por si fallase todo lo demás”.
El prof. Walter Kohn , Premio Nobel de Química de 1998 por su desarrollo de la teoría de la densidad funcional, con un vídeo muy profesionalmente preparado por sus patrocinadores aboga por sustituir todo nuestro sistema energético actual con paneles fotovoltaicos. Y con algún molino de viento también pero en el video no se ve ni uno. Interesante enterarse por el vídeo de que el prof. Kohn inició su carrera en los Bell Laboratories, donde uno de sus colegas construyó la primera celda fotovoltaica de silicio. Y sintomático que parte del mismo esté dedicada a Takashi Tomita, alto directivo de Sharp Corporation, y a las excelencias de los paneles de silicio.
El prof. Mario Molina durante una rueda de prensa dice “… dada la fuerte dependencia actual de los combustibles fósiles, es lógico pensar que a largo plazo el rol preponderante será el de las energías renovables, pero a corto plazo es necesario recurrir a soluciones incluso impopulares como el desarrollo nuclear, aunque con centrales de nueva tecnología. Pero lo más importante es también que los países industrializados cambien sus hábitos de consumo, y los países en desarrollo adopten un modelo sostenible. La dicotomía “desarrollo económico vs. ecología” es falsa, el desarrollo industrial y económico es perfectamente compatible con la salvaguardia del ambiente”. El prof. Molina se muestra bastante optimista respecto a la próxima reunión del cambio climático prevista en Copenhague. Espera que sea la primera ocasión en la que haya acuerdo entre países industrializados y en vías de desarrollo para actuar medidas hacia un modelo sostenible de desarrollo sin que tenga que haber forzosamente una financiación al 100% de los países industrializados a los países en desarrollo. Pone como ejemplo México, que está actuando medidas con sus propios recursos e incluso podría llegar a financiar acciones de reducción de CO2 en otros países menos favorecidos.
El prof. Rowland, (en la foto con el autor) que compartiera el Nobel con el prof.
Molina por descubrir y demostrar el efecto nocivo que los CFC usados en la industria de la refrigeración tienen sobre la capa de ozono, reporta la buena noticia que la concentración de CFC, a 20 años de su abolición, empieza a disminuir. Pero la mala noticia es que ha ido en aumento la emisión de otros gases, por lo que no podemos decir que la salud de la capa de ozono haya mejorado, y ciertamente la atmósfera ha empeorado. El aumento de metano entre 1980 y 2009 ha sido exponencial, de 1550 a 1780 ppbv (el metano tiene un poder de efecto invernadero 21 veces superior al del CO2). Por lo que respecta la influencia de la química en el desarrollo energético, opina que debería analizarse más en detalle la posibilidad de la fusión nuclear fría utilizando átomos de boro. Tanto el prof. Rowland como el prof. Molina se muestran unánimes respecto a la tanto discutida –y criticada- técnica del confinamiento geológico del CO2: es una opción que hay que experimentar, aunque en su opinión el problema con ella es más económico que técnico.
El prof. Ryoji Noyori, Premio Nobel de Química 2001 por su desarrollo de catalizadores selectivos de moléculas quirales, es un ferviente sostenedor de concepto de “industria química verde” (green chemistry). Ha asumido la responsabilidad que comporta ser un Premio Nobel casi como una misión evangélica , la de transmitir a la sociedad y la clase dirigente la importancia de la ciencia. “La ciencia –nos dice durante una amable charla- es un elemento clave para luchar contra las enfermedades, la pobreza, y crear bienestar. Pero no puede resolver los problemas por sí misma, necesita la ayuda de los gobiernos y la colaboración de la industria. La comunidad científica ha desarrollado los conceptos clave para la green chemistry, pero es competencia de la industria y del gobierno actuarlos. Se podría, por ejemplo, modificar el sistema de impuestos, y exceptuar o perdonarles algunos impuestos a quienes adopten los sistemas productivos de la química sostenible. De esta manera se produciría una motivación para las industrias. El sistema de impuestos es muy importante. Hay un problema allí, que es que los impuestos vienen del público general, y tranquilamente se puede preguntar: ¿Por qué nosotros tenemos que pagar todo esto y las industrias no? El gobierno tiene que ganar el consenso del público general, que es el que paga los impuestos, y para ello es que hay que convencer sobre la importancia de la ciencia asociada a la tecnología. Esa es la razón por la cual yo, por ejemplo, al igual que muchos otros, estamos haciendo el esfuerzo de convencer a la gente. Tenemos que comunicarle al público la importancia de la green technology.
El prof. Ertler, Premio Nobel de Química 2007 por sus descubrimientos de los procesos químicos en las superficies sólidas, opina que para poder aprovechar mejor el sol, es necesario desarrollar algún sistema más eficiente que los actuales paneles de silicio para convertir y almacenar su energía. La posible línea de investigación pasaría por la fotocatálisis, por ejemplo, para producir hidrógeno o metanol. Existen ya sistemas capaces de realizar estas reacciones, pero son aún muy complicados y costosos. Una alternativa muy interesante pero aún en pañales sería utilizar amoníaco como vector energético en vez de hidrógeno.
La semana se cerró con un panel de debate sobre Calentamiento Global y Sostenibilidad en los espléndidos jardines del palacio de Mainau, propiedad de los condes Bernadotte, cuya primogénita Bettina preside la Fundación de los Encuentros entre Premios Nobel de Lindau. Personaje clave de la misma el prof. Rajendra Pachauri, Premio Nobel por la Paz 2007 (conjuntamente con Al Gore por su labor para concienciar sobre el cambio climático) y presidente del IPCC (Intergovernmental Panel of Climatic Change). Y notable la intervención de la Secretaria alemana del Ministerio de Ciencia e Investigación, Cornelia Quennet-Thielen, quien afirma que los países en vías de desarrollo tienen que seguir el modelo alemán: poner paneles fotovoltaicos en los techos de sus casas. ¿Será porque Siemens es el principal productor mundial y uno de los patrocinadores del evento? Porque se hace difícil pensar de dónde pueda sacar un campesino indio o africano el dinero para techar su choza con paneles de silicio. El prof. Pachauri irónicamente comenta además que, en el caso que lo logren, lo primero que harán es comprar una TV y anhelar adoptar el modelo de vida consumista que ésta nos impone. En su opinión la educación sería un arma más efectiva.
Eso sí, a la joven científica nigeriana que preguntó por qué el IPCC y la comunidad internacional hacen vista gorda a lo que están perpetrando las petroleras en su país, el moderador del panel la interrumpió de modo algo brusco, y las respuestas fueron más bien vagas y de circunstancia. Parece que en materia de cambio climático y sostenibilidad se sigue aplicando el viejo refrán “Haz lo que yo digo y no lo que yo hago”.
Agradecimientos
Agradezco a la AECC (Asociación Española de Comunicadores Científicos) por haberme elegido para asistir a la 59ª Reunión Anual de Premios Nobel, y a la EUSJA (European Union of Science Journalists’ Association), al Council for the Lindau Nobel Laureate Meetings y a la Foundation Lindau Nobelprizewinners Meetings at Lake Constance por la excelente organización y el soporte brindado.
Mario Rosato m.rosato@sustainable-technologies.eu