La octava edición de la Conferencia Mundial sobre Periodismo Científico, celebrada en Helsinki del 24 al 28 de junio de 2013, destacó por las sesiones sobre el tratamiento de la incertidumbre en los medios, algunas críticas sobre la actitud acomodaticia del sector y por una ausencia notable de periodistas españoles.
Corren buenos tiempos para el periodismo, pero malos para los periodistas”. Esta frase del reportero británico Ivan Oransky, pronunciada en una de las sesiones más concurridas del congreso, fue una de las pocas afirmaciones que hizo estremecer a una audiencia que, por lo demás, se mostró tan timorata como pasiva. Poco más que añadir al manido tema de la crisis del sector, en una reunión en la que sobraron flores y aplausos y faltó español.
Si por algo se ha podido destacar esta conferencia “mundial”, celebrada en la ciudad finlandesa de Helsinki, no ha sido solo por práctica ausencia de oscuridad que sufren, o disfrutan, en esta época del año en esas latitudes, sino por la alarmante ausencia de oradores que practicaran una lengua que hablan más de 450 millones de habitantes en este planeta. La anulación en el último momento de uno de los paneles presentados por periodistas latinoamericanos dejó más desangelada, si cabe, una reunión en la que hubo dominio aplastante del mundo anglosajón. Los problemas de muchos periodistas hispanohablantes a la hora de encontrar financiación para poder asistir al congreso pueden ser una excusa, pero faltaron representantes hispanos, y especialmente españoles, y la organización debió tenerlo en cuenta. Mención especial a la contribución de algunas periodistas del ámbito iberoamericano, como Valeria Román, del diario argentino Clarín, Estrella Burgos, editora de la revista mexicana ¿Cómo ves? o Lucy Calderón. La periodista guatemalteca ha entrado en la nueva junta directiva de la Federación Mundial de Periodistas Científicos, que ha incluido entre sus objetivos reforzar el apoyo a la diversidad lingüística, algo que, a la luz de los acontecimientos, parece necesario.
Pero la atención del congreso no se centró solo cuestiones de política interna, como la ya mencionada renovación de la junta o la elección de Corea del Sur como sede de la próxima conferencia. En las diversas sesiones programadas se trataron temas tan dispares como la lucha contra el negacionismo científico o el resurgimiento de los blogs de ciencia, que muchos gurús del mundo digital dieron por muertos hace casi una década. Sin embargo, dos temas captaron la atención de gran parte del público asistente, el tratamiento de la incertidumbre por parte de los medios y la falta de iniciativa de algunos periodistas a la hora de buscar historias más allá de las notas de prensa.
Incertidumbre y riesgo
La discusión sobre el tratamiento que los medios dedican a la incertidumbre en ciencia fue uno de los temas que captó mayor atención ya que, pese a que solo se le dedicaron algunas sesiones paralelas, estuvo sobrevolando muchas de las plenarias. Uno de los ponentes, el periodista James Painter, del Instituto Reuters para el estudio del periodismo, realizó una reflexión que muchos profesionales deberían tener en cuenta: “la gente espera que los científicos sepan cosas, no que tengan incertidumbre”. Para Painter, que hacía referencia a un estudio que será publicado en breve, la sociedad es más propensa a actuar cuando se habla en términos de riesgo, que cuando se habla de probabilidades. Parece evidente que la comunicación del riesgo es un tema delicado en el periodismo científico, pero ¿sobre quién recae la responsabilidad de interpretar la probabilidad? La conclusión de los ponentes, entre los que también se encontraba el periodista italiano Fabio Turone, fue clara