Plagiar no es citar. Al autor plagiado no le interesa que le plagien, solo beneficia al plagiador. Si tu idea era citar, pero en realidad plagias, aunque no seas consciente de ello, también plagias y, repito, no beneficias al autor aunque fuera también tu objetivo. Y esto es así en cualquier medio, también en Internet.
Después de años escribiendo en Internet, he descubierto una clase de usuarios que denominaré “cita-plagiadores”. Su forma de actuar más o menos es la siguiente: copian y pegan (copipegan en adelante) tu texto, o una ligera adaptación del texto original como base, de forma que parece distinto sin serlo, y lo publican en su web. A diferencia del plagiador puro, colocan una sutil referencia a la fuente original, normalmente al final del texto copipegado, como por ejemplo, el nombre del medio. De esa forma, creen que citan, ya sea por desconocimiento, sin mala intención, o conscientemente porque creen que así pueden evitar que se les acuse de plagio.
Voy a recordar la diferencia entre citar y plagiar, según lo define el diccionario de la Real Academia Española (RAE):
Citar: Referir, anotar o mencionar los autores, textos o lugares que se alegan o discuten en lo que se dice o escribe. Hacer mención de alguien o de algo.
Plagiar: Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias.
Cuando un internauta entra a la web de un cita-plagiador, tiene la sensación de que el texto es propio. La forma en que está publicado da esa sensación.
Cuando localizo un caso de estos, intento contactar con sus autores para explicárselo. Si los cita-plagiadores no lo han hecho conscientemente, la respuesta suele ser buena y rectifican. Voy a poner un par de ejemplos para que se vea más claro. No es nada personal, que conste.
Primer ejemplo
Mi texto es éste, publicado en Eroski Consumer: “Empleo verde: las 11 mejores salidas laborales” http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/urbano/2012/06/07/210102.php
El texto cita-plagiado es éste, firmado por Laura Martín y publicado en Compromiso Empresarial: “El ‘top ten’ de los empleos verdes con más potencial” http://www.compromisoempresarial.com/medio-ambiente/2013/05/el-top-ten-de-los-empleos-verdes-con-mas-potencial/
Básicamente, cambia el título (supongo que top 10 le habrá parecido más llamativo), y asegura que “unos destacados expertos elaboraron para la Fundación Eroski un listado de las diez mejores salidas laborales verdes”. Es decir, da a entender que es una especie de informe que unos expertos han elaborado para dicha fundación al que ella ha tenido acceso y ha hecho el trabajo de analizar y extraer lo esencial.
En realidad, no existe tal informe. Se trata de mi artículo, publicado en el medio Eroski Consumer (la Fundación Eroski es la promotora del medio). Para hacer el artículo contacté con los expertos en cuestión y puse en común las conclusiones que me dieron: once salidas, no diez. El número no era casual. Escribí dos correos electrónicos a la responsable del artículo, Laura Martín, y no he recibido respuesta. Descubrí que tenía Twitter y vi que lo actualizaba. En uno de sus tweets leo una referencia al artículo en cuestión:
¿Quieres conocer cuál es el ‘top ten’ de los empleos verdes con más potencial? Sólo aquí, en @Compromiso_Empr compromisoempresarial.com/medio-ambiente/2013/05/el-top-ten-de-los-empleos-verdes-con-mas-potencial/
¿Sólo aquí? Vaya.
Veo también en su twitter que ha sido reciente finalista de un premio denominado “Joven y Brillante”. Vaya también. Segundo ejemplo.
Mi texto es éste, publicado también en Eroski Consumer: “Alejandro Sánchez, autor de un estudio sobre contaminación lumínica” http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/energia_y_ciencia/2009/09/26/188242.php
El texto cita-plagiado es éste: “Contaminación lumínica”. Se publica en la web Ecoticias.com: http://www.ecoticias.com/sostenibilidad/17597/Contaminacion-luminica
Básicamente, cambia el título, y pone que ha sido “ ENVIADO POR ECOTICIAS.COM / RED / Agencias”. Al final del mismo: “Autor: Alex Fernández Muerza CONSUMER – EROSKI”. Sin enlazar. http://www.ecoticias.com/sostenibilidad/17597/Contaminacion-luminica
Que conste que yo no envié mi texto a dicho medio, como podría dar a entender el “Enviado por red”. Tras ponerme en contacto con su responsable, le comenté que al menos citara la fuente correctamente. Algunas veces llegó a poner el nombre del autor y la fuente. Se da la circunstancia de que Ecoticias.com cita-plagiaba sistemáticamente todos mis textos. Los responsables de Eroski Consumer, como es lógico, le exigieron que dejara de cita-plagiar.
Lo dicho. Nada personal. Así que aquí va esta carta abierta a todos/as los cita-plagiadores/as de Internet: Estimado/a cita-plagiador/a,
Si quieres citar, pon el nombre del autor, el del medio, pero sobre todo, enlaza a la fuente original de donde sacaste el texto con su dirección web (su URL). Destácalo de alguna forma, di que lo sacaste de ahí, e incluso anima a tus lectores a que lo visiten para encontrar más contenidos como ese. Tu interés es dar buenos contenidos a tus lectores, no atribuirte un trabajo que no es tuyo. No solo el autor del texto te lo agradecerá, sino también tus lectores: entre la gran cantidad de contenidos que hay, has hecho una labor previa de seleccionar lo que consideras bueno y se lo haces saber. Verán que tienes buen criterio y haces las cosas bien, irán a tu web y confiarán en ambas. Además, en Internet no es difícil localizar plagios, así que corres también el riesgo de que te dejen en evidencia. Tu reputación, la de tu medio, quedará en entredicho. Tampoco te interesa.
Yo antes no me preocupaba, lo reconozco. Me hacía ilusión ver mis textos en otras webs, en otros medios. Era una forma de descubrir que habían interesado hasta el punto de que alguien los copi-pegara en sus webs. La información, el conocimiento, la cultura, deben fluir. Pero cuando te plagian, esos textos dejan de ser tuyos. Además, no está bien que unos autores y unos medios se beneficien de tu trabajo, ya sea en forma de visitas, ingresos por publicidad o visibilidad, a costa de tu trabajo y el de tu medio. Supongo que me habré vuelto más quisquilloso con la edad.
Por: Álex Fernández Muerza, socio de la AECC