Madrid, 25 de noviembre de 2008.
Hoy día vivimos enredados en una telaraña de radiaciones electromagnéticas emitidas por móviles, ordenadores, televisores, radios, gps, hornos microondas, antenas, espacios wi fi, además de líneas de alta tensión, transformadores eléctricos, aparatos de exploración médica, iluminación fluorescente, entre otros. Y mucho se especula sobre si esas ondas son o no nocivas para la salud, si alteran el sueño, producen cáncer y ocasionan malformaciones y trastornos físicos.
Miembros del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS) y la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC) se reunieron con representantes de los medios de comunicación el pasado lunes 24 de noviembre en el Hotel Wellington de Madrid para hablar sobre Radiofrecuencias y Salud.
Lo más destacable de la jornada informativa fue reiterar que todos los estudios realizados por entidades serias, como la Organización Mundial de la Salud, han demostrado que los campos electromagnéticos de radiofrecuencias no tienen un efecto peligroso para la salud. De acuerdo con la evidencia científica, los límites actuales de emisión y exposición son seguros.
“En España, por ejemplo, se cumplen los límites establecidos acerca de las antenas de telefonía móvil. Actualmente no se han observado efectos de dichas antenas sobre la salud de las personas”, afirmó el médico Francisco Vargas, miembro del CCARS y representante español en el “Internacional Advisory Comité “(IAC) of International Electromagnetic Fields de la Organización Mundial de la Salud(OMS). A manera de comparación, es importante dejar claro que “no mata el veneno sino la dosis” y que así como el agua es vital para los seres vivos, un exceso de ella puede ahogar.
En el caso de los campos electromagnéticos y las radiofrecuencias, los estudios han demostrado que nuestra exposición cotidiana a ellos no resulta dañina.