Los científicos políticos

Los científicos políticos

No quiero herir susceptibilidades políticas con este artículo, pero si lo hago espero que se me comprenda.

Siempre he pensado que los científicos que ostentan cargos políticos son más políticos que científicos o acaban siéndolo. Esto quiere decir, que se alejan de esos criterios de imparcialidad y objetividad de todo científico para imbuirse en la parcialidad y subjetividad política.

Creo que lo ideal sería que estos cargos fueran asignados a científicos de larga y contrastada trayectoria como tales, y que a los 4 años fueran cambiados, de forma que durante su mando hubiera siempre más de científico que de político.

Consideraciones generales aparte, leí el mes pasado ua pequeña entrevista a uno de los españoles participantes del panel intergubernamental sobre el cambio climático de la ONU, es decir, ese grupo de políticos con origen (residual) en científicos, en este caso un catedrático de ecología.

No me quiero meter en ideologías políticas, no es esa mi intención, de esta entrevista entresaco una frase “Plantar 500 millones de árboles es imposible”.

Y el caso es que hace 70 años hubo un par de profesionales de los mejores ingenieros de montes que ha tenido España, que dijeron que se podían plantar muchos más árboles todavía.

La verdad, si tengo que elegir entre ese político y mi abuelo (uno de los ingenieros), me quedo con lo que dijo mi abuelo.

Otro ejemplo más prosaico es la medida política puesta en marcha al principio de este mes de aumentar la temperatura mínima del aire acondicionado a 24ºC, y la reocmendación oficial para que lo hagan todas las empresas. No tengo claro si lo han hecho por ahorrar dinero o por ahorrar emisiones de CO2. Creo que esta vez ha sido por la primera razón, y la segunda se les ha escapado cuando podrían haberlo aprovechado. No estoy siendo irónico con el gobierno, lo digo en serio, esta medida es muy popular entre las organizaciones ecologistas, y en Japón ya el año pasado se impuso la vestimenta “casual” o liviana para verano, para evitar que al aumentar la temperatura mínima del aire acondicionado los trabajadores no pasen calor.

A mí la medida me parece bien, pero siempre que no se convierta en la llave de la reducción del consumo energético o de la solución de los problemas económicos del país. Como esto va de Ciencia y no de Economía, me referiré al consumo energético.

Y esto tiene que ver de nuevo con la política, porque la medida de no crear nuevas plantas de energía nuclear es una decisión política y no ambiental ni científica. No me pronuncio ahora sobre si es lo correcto o no, lo que quiero destacar es el condicionamiento político de decisiones que creo sinceramente que están más allá de la política exclusivamente. Quizá el problema es que si no introducimos la variable política muchas veces no se podrían tomar decisiones objetivas desde un punto de vista más científico, porque la energía nuclear ¿es buena o mala (medioambientalmente hablando? ¿es necesaria o sustituible? Es tan discutible por muchos aspectos que no llegaríamos a ponernos de acuerdo.. pero deberíamos ponernos de acuerdo.

Simplemente me gustaría tener la certeza de que los científicos políticos aún tienen más de científicos que de políticos.

Por: Ignacio Miguel Ximénez de Embún

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