Los Museos Científicos Coruñeses inauguraron una exposición sobre acuicultura en el Aquarium Finisterrae titulada ‘Muuultiplicaos’.
Son muchas y variadas las instituciones –FAO, Comisión Europea, Xunta de Galicia, etc.-, que vienen recomendando incrementar la investigación y desarrollo de la acuicultura en nuestro país, así como la divulgación de su actividad. Otros argumentos a los que el acuario coruñés ha sido sensible para crear esta exposición son las miles de bateas que decoran nuestras rías y convierten a Galicia en gran productor mundial de mejillón, y la existencia de numerosas piscifactorías, deudoras de la primera que el Arzobispo Xelmírez estableció en España (allá por el siglo XII) para el cultivo de la trucha. Los miles de rodaballos, doradas, lubinas y besugos de cultivo que compramos a diario en los mercados también informan sobre la presencia de este tema en la vida cotidiana.
La exposición ‘Muuultiplicaos’ ha salido del espacio reservado para estas instalaciones temporales, y ahora recibe a los visitantes en el mismo vestíbulo de su entrada. Es allí donde encontraremos sus dos primeros elementos singulares. Uno está dedicado al cultivo del mejillón, y llama la atención el prisma de 2 metros de altura lleno de conchas de este molusco.
El otro, el más emblemático y sorprendente, es la escultura de una vaca decorada con motivos nacidos de la acuicultura. El diseño que luce salió de un concurso en el que participaron escolares de toda Galicia. De las 3.009 propuestas se seleccionó la presentada por una estudiante del IES Otero Pedrayo de Ourense. Fue seleccionado por haber logrado representar y conjugar conceptos con soluciones de gran valor expresivo. La superficie de la vaca, uno de los animales que más caracteriza la antigua revolución neolítica, fue así empleada para mostrar una visión lúdica y contemporánea de la actual producción de alimentos animales.
Nada más llegar a la sala, incluso ya cuando estamos en el dintel de entrada, llama la atención una escenografía que invita a sumergirnos en un mundo submarino, en la que destacan numerosos elementos por su elegancia fosforescente. La exposición contiene diez acuarios dispuestos en el perímetro de la sala, y tres elementos centrales que recuerdan la estructura de las bateas. Sus contenidos incluyen cuestiones de carácter histórico, sobre nutrición y consumo, y sobre la acuicultura contemporánea (alimentación, ciclos biológicos, impactos medioambientales, etc). Tilapias, anguilas, langostinos, orejas de mar, carpas y pangas son algunas de las especies que viven en estos acuarios. Pero el mayor de ellos está dedicado a presentar lo que podría ser el futuro de la acuicultura: acoplar el cultivo simultáneo de varias especies. No falta un tanque dedicado a la acuariofilia, cuyas paredes son transparentes para permitir observar el entramado de filtros y demás instalaciones que lo mantienen. Tampoco un novedoso acuario cilíndrico, que los visitantes podrán hacer girar para descubrir los simpáticos alevines de las principales especies de cultivo.