A veces, una viñeta, una historieta o una tira cómica son tan explícitos como un editorial. También en periodismo científico.
El chiste de arriba, de Kevin Kallaugher, ya es un clásico. Fue publicado por primera vez en el Baltimore Sun, en el verano de 1996, tras el famoso anuncio del meteorito marciano en la revista Science, y reproducido por sindicación en centenares de medios de todo el mundo.
Ha sido duplicado en powerpoints y mostrado en encuentros de periodismo científico y facultades de ciencias de la información como ejemplo de lo que no debe ser la información científica.
Recientemente, mientras preparaba una charla para futuros periodistas, encontré algunas otras muestras de ingenio en la red. Mi preferido es el webcomic Saturday Morning Breakfast, del californiano Zach Weiner. Un par de ejemplos:
* Así trabaja el reportero científico
* Cómo publicar en una revista de ciencia
Otro ejemplo es cectic, del canadiense Rudis Muiznieks. Sobre la posibilidad de que los loros tengan poderes psíquicos
O la genial historieta del creacionista que va al médico, del clásico Doonesbury, de Gary Trudeau. Ideal para explicar la evolución a los niños y a los obtusos.