La divulgación y la información científica pasa por un gran reto, primordial para poder pervivir y crecer dentro del ámbito de la comunicación. Se trata de lograr que los medios de comunicación incluyan la ciencia como un apartado más, que vendrá a integrar las diferentes secciones de un periódico, bien sea digital o en papel.
Si la ciencia forma parte de nuestras vidas, tanto o más que lo hace la política o la economía, ha de pasar a constituir un apartado destacado, que venga a razonarnos la realidad en la que vivimos y dé cuenta de sus hallazgos, investigaciones, avances, cumpliendo así con la labor de ser elemento esperanzador para la sociedad. ¿Acaso la economía no constituye un pilar para la confianza de la sociedad, tanto como la política, o los deportes traen un rayo de luz a la ciudadanía? De la misma manera, la ciencia abre una ventana al futuro y al bienestar de la humanidad. Más aún, la comunicación científica puede ser un vehículo para despejar el camino y regala esperanza a la sociedad presente.
En el caso de la prensa escrita, la noticia es el formato periodístico que prevalece a la hora de hacer información científica. Así lo señala el Informe Quiral del año 2007. De nuevo, el Informe Quiral 2009 vuelve a situar al género informativo y la noticia como el líder dentro de la prensa escrita (si se tiene en cuenta que analiza la información sobre medicina y salud publicada en El País, El Mundo, ABC, El Periódico y La Vanguardia), apuntando un aumento en el número de artículos de opinión que se publican. Otros medios por los que se accede a la información científica son la televisión, la prensa, la radio e internet, tal y como indican diferentes estudios.
Hay que destacar cómo la información y divulgación científica que se produce dentro de las universidades españolas ha aumentado en los últimos tiempos de forma notoria. El Informe Quiral 2009 sitúa la comunicación emitida por estas instituciones dentro de las fuentes de información periodísticas agrupadas, entre las que se encuentran las instituciones de carácter científico, que representaban un 22% en 2008, mientras que en 2009 son un 29% de las fuentes sobre el total.
Todo lo anterior, hace presagiar que las universidades, con sus servicios de información y divulgación científica, van a constituirse en emisores de buena parte de la información científica y tecnológica, información que se produce dentro de sus propios laboratorios y espacios de investigación. En el caso de la institución a la que pertenezco, la Universidad de Alicante, en su esfuerzo por aportar contenidos científicos y tecnológicos con mayor rigor y en mayor cantidad, susceptibles de publicación en medios de comunicación, también ha procedido a ampliar el tradicional Gabinete de prensa, creando el Área de Comunicación Académica y Científica. Su labor es difundir las actividades científicas, tecnológicas e innovadoras realizadas y producidas en la Universidad de Alicante.
El mayor problema con el que nos encontramos quienes comunicamos desde una institución universitaria es que nuestra comunicación científica suele ir a ocupar un lugar dentro de los espacios de la prensa escrita diaria de carácter local o regional, con frecuencia con formato de noticia. Las ocasiones en que el tema pasa a medios nacionales o externos a nuestra provincia se ve seriamente limitado, así como las veces que la información forma parte de un medio diferente al periódico digital o a papel. Este es también uno de nuestros grandes retos: lograr el interés por el tema por parte de los medios nacionales.
No obstante, y al estudiar las diferentes cabeceras de los periódicos nacionales en su versión digital, ya se puede apreciar algunos cambios que suponen avances en pro de la información y divulgación científica y tecnológica. Uno de ellos, El Mundo, sí dedica un espacio a ciencia, que está destacado con un titular de gran sección con este mismo nombre. De la misma manera que ABC digital también incluye las secciones “ciencia” y “tecnología” en su página principal, diferenciándolas. Sin embargo, hay ausencia de una sección de este tipo en El País digital. Sería deseable la inclusión, por parte de los medios, de un espacio único para estos temas, lo que permitiría una mayor salida de las informaciones que emiten los servicios de comunicación científica y tecnológica.
Los comunicadores de ciencia y tecnología de los organismos e instituciones hemos de ser consciente de cómo el trabajo de los periodistas en los medios se circunscribe al ámbito de las prisas, la inmediatez y la síntesis de contenido, mientras que la de nuestros científicos e investigadores dentro de la institución se basa en todo lo contrario (lentitud, extensión, meticulosidad, profundización en los temas). Sólo así, con paciencia y buscando el acercamiento de los unos a los otros, lograremos que la ciencia y la tecnología ocupen el destacado lugar que merecen en la vida diaria de los ciudadanos.
Para lograr el objetivo de contar ciencia en los medios de forma asidua se necesita dotarlos, ineludiblemente, con un grupo de profesionales dedicados a ello, profesionales que le dediquen tiempo, además de crear en el medio un espacio o sección fija. Similares son las demandas que surgen desde el otro lado, desde los mismos gabinetes o servicios de comunicación. Se ha de dotar a los profesionales del conocimiento especializado y permitirles tiempo para elaborar sus informaciones.
Para que la ciencia y la tecnología sea visible en los medios, quienes somos emisores y productores de información científica y tecnológica desde instituciones, organismos o entes productores de ciencia, hemos de adaptar el lenguaje propio de la investigación al lenguaje formal escrito que se utiliza en los medios de comunicación, con algunas salvedades. En mi opinión, esto permite acercar a la sociedad la ciencia y la tecnología.
En cuanto a la temática de interés por parte de los medios, tanto los datos como la experiencia constatan que, siempre que haga referencia a la salud, sí es noticia y se publica. Otro de los temas “estrella” que tienen cabida con asombrosa facilidad en los medios es el que hace referencia a climatología, desastres y catástrofes naturales.
Por Marina Limiñana