Hace poco desde Aquí la Ciencia escribimos en este blog unas reflexiones respecto a nuestro primer año de andadura, refiriéndonos a la interacción con nuestros clientes y por tanto público de la divulgación científica. En estos últimos meses, con el comienzo del curso tras el verano, hemos puesto en marcha nuevas actividades y proyectos.
Del mismo modo que vamos afinando la relación con el público, por un lado buscando cómo hacerles llegar de mejor manera la ciencia básica y por otro, adaptándonos a sus gustos y necesidades, también vamos construyendo con mayor efectividad todas las relaciones implícitas en la gestión de una librería.
El librero de pequeña librería lo es por tradición o por vocación. En nuestro caso es lo segundo y, en el caso de una librería de nuestra especialidad, la vocación tiene que estar bien asentada para poder mantenerse. El nicho de las librerías especializadas en divulgación científica no estaba cubierto y nos pareció razonable y, sobre todo, necesario, crear un espacio como Aquí la Ciencia al servicio de los lectores de ciencia y del público en general.
Con el nuevo curso las actividades relacionadas con autores de libros de ciencia divulgativa se han consolidado en nuestra librería, con una gran acogida por parte del vecindario y de aquellos que nos han llegado a conocer de uno u otro modo. El éxito de estas actividades no podría tener lugar sin la colaboración de los autores y de ciertas editoriales pequeñas. Los autores de libros de divulgación científica son, en la mayoría de los casos -y como nosotros los libreros- vocacionales; los científicos e investigadores que escriben libros de ciencia para todos los públicos suelen tener el gusanillo de “contar la ciencia” desde sus primeros pasos en el aprendizaje de sus especialidades.
En España aún no se ha asimilado la necesidad que existe de que los científicos expertos sepan comunicar la ciencia. Para ello deben, bien contarla ellos mismos, bien hacérsela llegar de modo inteligible a quien la sabe contar -los comunicadores científicos-. Esto exige un tiempo dedicado por parte del investigador que no en todos los casos está dispuesto a ofrecer. Esto, esperamos, irá cambiando con los años hasta llegar a un nivel semejante al de países como el Reino Unido o Estados Unidos, donde se entiende como parte de la función del científico.
En este proyecto estamos descubriendo que los científicos autores de libros de divulgación -que además tienen multitud de otras publicaciones más técnicas- están en su gran mayoría dispuestos a colaborar para ofrecer al público algo de su sabiduría, participando en talleres, charlas y reuniones informales en nuestra librería. Es un aliciente, tras realizar el trabajo de búsqueda del fondo de libros de “ciencia para todos”, encontrar que además podrás ofrecer a aquellos interesados y curiosos una charla directa e informal con aquél que les cuenta las cosas de ese modo tan interesante. Le da sentido a todo el proyecto.