Es una sensación extraña. Nuestro oficio de comunicadores científicos es entrevistar a expertos y difundir sus ideas y desarrollos, pero esta vez las vueltas de la vida me han llevado a que la noticia sea uno de mis proyectos y el sujeto entrevistado sea yo mismo.
El problema de las emisiones de gases de efecto invernadero es politico. No es para nada un complicado problema tecnológico como nos quieren hacer creer gobiernos, multinacionales y esa fracción del mundo académico que busca con más ardor quién le financie los juguetes nuevos para el laboratorio que el beneficio de la Sociedad.
¿Que no lo crees? Pues respóndeme a esta pregunta: ¿quién te pagaría a tí un duro por eliminar una ton de CO2? Tal como está hoy la cosa, nadie. A menos que no seas una petrolera , o una eléctrica, o una gran constructora, o una cementera.
Sin embargo, con poco dinero y sin recurrir a quién sabe qué tecnologías super avanzadas (léase caras y al alcance de unos pocos que tienen la patente o el know how o la capacidad financiera de llevarlas a cabo), se podría reducir drásticamente la concentración de CO2 en el aire . Y al mismo tiempo descontaminar las aguas cloacales y producir material de construcción barato, duradero y sostenible.
Vox clamantis in deserto, hace 3 años que trato de hacérselo entender a inversores, empresas de tratamiento de aguas y autoridades. Unos dicen que no ven el negocio, los otros ponen solo pegas de todo tipo con tal de no salirse de los esquemas establecidos.
El proceso sería de verdad simple: digestión anaeróbica , posiblemente de segunda generación (para producir biohidrógeno en vez de biometano) seguida de una plantación de bambú para fijar el CO2 atmosférico en la biomasa, utilizando los nutrientes contenidos en el digestato. Una buena proporción de la biomasa así producida tiene una calidad en ciertos aspectos superior a la madera.
Y para quienes no lo sepan, una hectárea de bambú produce 8 veces más biomasa útil que una hectárea de bosque. Por lo tanto, con una superficie cultivada relativamente modesta se podrían dejar en paz de una vez a los árboles (los de madera dura en especial, que vienen de las forestas tropicales) y utilizar el bambú para producir material de construccion. A este punto el sumidero de carbono lo constituirían el parquet y las vigas, puertas , muebles, y hasta paredes , de nuestras casas.
La idea que el mundo académico y empresarial español no han querido considerar (porque no es “científica”- léase complicada- ni “es negocio” -léase pasta gansa a corto plazo) ha ganado el primer premio de una competición en la que participaron casi 700 investigadores de todo el mundo. Cuyo jurado fue un panel de profesionales seleccionados entre personalidades del mundo científico y empresarial por la prestigiosa revista The Economist.
Para quien le interese seguir las peripecias del proyecto, el mismo se presentará en New York http://ideas.economist.com/event/intelligent-infrastructure .
El panel de conferenciantes esatrá compuesto por personalidades del mundo científico y económico http://ideas.economist.com/event/258/speakers/r .
Nemo profeta in patria.
Mario A. Rosato
www.sustainable-technologies.eu
